Y sí, es verdad que una única persona puede cambiar tu vida por completo. Con una simple caricia puede dibujar una preciosa sonrisa en tu cara o con una mirada discreta, o quizás con un susurro en el oído.
Por eso merece la pena esperar los 2 mil siglos que sea, hasta que por fin… llega esa persona, y todo cambia
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