jueves, 21 de abril de 2011


 Abrir los ojos y verle a él, abrazado a mi. Sentirse afortunada es en ocasiones demasiado complicado. Pero, cuando verdaderamente uno se siente afortunado, no hay quien le libere de eso, y todo se vuelve de repente muy sencillo. Le quiero, le quiero a más no poder. Él lleva mis días y mis noches, mis sueños, mi vida entera. Él está presente a cada instante en mi cabeza.
Y pido a gritos volver a sentirle cerca. Solo cinco minutos, luego más y más y más…

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