lunes, 17 de octubre de 2011

Hay algo de lo que sí estoy segura, no podrá quererle como le quiero yo. No podrá adorarle de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Vale que sólo ella ha concebido el don de ver y conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto, y ella menos que ninguna. Ella no se divertirá con sus bruscos cambios de humor y sus enfados eternos, ella no amará hasta los dedos de sus manos después de un duro entrenamiento, sus uñas comidas, esos pies tan particulares, ni el lunar de su muslo izquierdo. Puede que ahora ella tenga todo eso más cerca que yo, puede, pero nunca será capaz de amarlo, no de aquel modo en que yo lo amo.


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